viernes, 11 de febrero de 2011

Tenés olor a maestra

(Continúa)
La escuela -se dijo Silvia- está matando inquietudes, esa prístina curiosidad, esas ganas de saber.
Como en un primer acto en el teatro, vino a su memoria otra anécdota escolar.
-¡Muy mal, Magdalena!. Los árboles son verdes. No podés pintarlos de rojo. Tenés PSA (poco satisfactorio)
Y su hija, por rebeldía, pintó en su casa, fuera de la escuela, árboles color tanino en los otoños cordilleranos, margaritas verdes para deshojar, pastos azules al atardecer y cielos blancos de luna llena.

Ella sabía que las maestras tienen "la marca en el orillo". Son de fábrica así, locuaces, un poco histriónicas y con una pizca de picardía, tienden a explicarlo todo, con toda minuciosidad, poniendo en bandeja su corazón, hasta cansar un poco a sus alumnos.
¿Y ellos aprenden? ¿O se sienten apabullados con tanta cháchara? ¿Será por eso que van tan raudamente de la escuela a mandar msjs y TKM tmb o tespero en kasa para ver CQC?
Todavía no sabe cuál será el olor a maestra.
Silvestre aroma de lavanda limpia e inocente, aunque no naftalina.
Cítrico, con la acidez de los limones o con la dulzura de las naranjas.O quizás, fresco como la menta o la hierbabuena.
Tal vez, néctar de madreselva fiel.
Tranquila y persistente melisa.
O acaso, sutil aroma del rocío de las mañanas de primavera.

¿Y vos, qué pensás? Te propongo pensar en tu maestra, la que te marcó para siempre.
¿Cuál es el olor de una maestra?

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