lunes, 24 de julio de 2023

A baiana

 

 

 

De pronto el bosque se vistió de plata,

se abrieron las ventanas y las flores,

se oyeron unos pasos por las matas,

llegaba el amor de mis amores

Jorge Amado

 

Al fin llegaba el amor, tal vez porque pedí tres deseos enrollando a la muñeca la cinta de Bonfin; la roja, como símbolo de buena fe y de buenos recuerdos de la estancia en San Salvador de Bahía. Se dice también que son la señal para que los delincuentes les roben a los turistas, apostados frente a la Igreja del Señor Bonfim. Cuentan que en la ciudad hay alta inseguridad, por lo que la policía local circula por el centro histórico portando fusiles de asalto.

-Tome con fuerza la mano de los niños, así rubitos llaman la atención y suelen secuestrarlos- nos decía una bahiana en el bus que nos llevaba a la casa Río Vermeho, donde vivió el escritor Jorge Amado. Miedo nos dio.

Es tanto lo que hay que ver que nos detenemos en el Pelourinho a ver la Roda do Capoeira, donde los descendientes afro-portugueses hacen sus acrobacias, como danza guerrera de patadas y fintas, al ritmo del berimbao y el canto.

Se menciona que había allí una columna de piedra en el centro de la plaza, donde eran expuestos y castigados con azotes, los esclavos en la época de la Colonia. Fue trasladado a la Plaza de la Piedad. Pelourinho es hoy un centro cultural magnífico. Se restauraron las fachadas de las casas y en su mayoría, los residentes de origen africano fueron expulsados a barrios más alejados, al Centro Yoruba Candomblé y del baile nacional Capoeira.

Candomblé es la religión propia, un culto fetichista que homenajea a los orixás, deidades guardianas de la vida natural y las emociones o necesidades humanas. Recuperar el amor eterno, así como luchar contra el racismo y la discriminación. Se han visto ofrendas con velas rojas y patas de gallina en platos preferentemente dispuestos en senderos y jardines. No así, la ceremonia nocturna de sacrificio, cuando la gallina es arrojada al mar.

Las bahianas de típicos ropajes y turbantes coloridos se dejan fotografiar, a cambio de aportes dinerarios, así como ofrecen el rico acarajé, de la cocina local. Una masa de frijoles frita en aceite de dendé y rellena con camarones, leche de coco, jenjibre y cebollas coloradas.

¿O qué e que a baiana tem?, interpretada por Doribal Caymni. Así se las ve torsos de seda, brincos de oro.

Bahía está dividida en la ciudad alta y la ciudad baja, comunicada por cuatro elevadores, por lo que pueden apreciarse las bondades del paisaje urbano y el mar. Se escuchan bossanovas y sambas, el ritmo del carnaval; la piel dibuja y los conecta con los antepasados.

Desde Plaza Cairú se oye otra típica canción. Es Tom Jobim, creo.

Sí quiero sí

 

Siempre peregrinando, rumbo a la Provincia de Cádiz, en Andalucía, no puede perderse el andariego, la oportunidad de llegar al Peñón de Gibraltar.

Y Gibraltar cuando era chica y donde yo era Flor de la Montaña sí me puse la rosa en el cabello como hacían las chicas andaluzas… y cómo me besó bajo la pared morisca… y luego le pedí con los ojos y me preguntó si yo quería sí… y yo primero lo rodeé con mis brazos sí y lo atraje hacia mí para que pudiera sentir mis senos todo perfume sí y su corazón golpeaba loco y sí yo dije sí quiero sí. (Fragmento del monólogo de Molly Bloom en Ulises de James Joyce.

Estas imágenes me impulsaban a llegar a la cumbre en lo alto de la roca, donde se puede ver el norte de África y Marruecos, así como la confluencia de las aguas del Mediterráneo con el Océano Atlántico.

Llegamos a Línea Concepción, en la Bahía de Algeciras, donde viven los linenses. Como siempre es bueno investigar un poco de la historia, supimos que, a través del Tratado de Utrech, en 1713, España cedió al Reino Unido todo el peñón, puerto, defensas y fortalezas.

-Hasta recién, me eché un zorrito (siesta) – nos cuenta la camarera española de un local en Main Street. -Verán allá, el Fuerte de Santa Bárbara, y allá, el Fuerte de San Felipe.

-¿Vivís aquí en forma permanente?

-No, todos los días venimos a trabajar. Del otro lado, estamos de paro, y acá se gana muy bien, así que al anochecer volvemos muchos a casita.

-Ahora más repuestos con el café y las cakes, nos vamos a la aventura.

-Deben tomar el cable carril. Tienen que ver a los monos macacos en roca superior.

Allá llegamos, junto a los monos, dueños del lugar, que están como domesticados por el continuo contacto con los visitantes. Se rascan parsimonia y nos observan atentamente, esperando que les arrojen alimento, una banana, o galletitas, pero está prohibido.

Desde la plataforma vidriada de observación hoy no alcanzamos a ver África, está muy nublado. Sí vimos las columnas de Hércules, las fortificaciones medievales en el Castillo de los Moros y desde lejos, los túneles del Gran Asedio, cuando en el siglo XVIII, las fuerzas españolas y francesas intentaron recuperar Gibraltar de los británicos. Hoy es otro cantar.

Así que no dije sí quiero, y regresamos.

Cabello rizado, Sintra

 


 

Si de palacios se trata, nada mejor que conocer Sintra, ubicada en el área costera de Portugal, de altas colinas y montañas, donde el viento azota o acaricia. El nombre proviene del latín, y significa cabello rizado.

La historia comienza cuando los moros se asentaron en la región hispano-lusitana. Así, el Castello do Mouros, fue construido en el siglo X, el Palacio Nacional, morisco, data del siglo XI, donde bellísima mosaiquería adorna habitaciones y patios. El Palacio de Monserrate es del siglo XIX, con influencias árabes, indias y góticas.

Se ven muestras de la beligerancia entre España y Portugal y las revueltas contra Felipe IV, de las monarquías y de la aristocracia portuguesa, que eligió el sitio para descanso y veraneo. Hay misterio, magia y enigmas, escondidos en grutas subterráneas y en los jardines de la Quinta de Regaleira, un conjunto arquitectónico de comienzos del siglo X, con influencia renacentista y del Neomanuelismo, según nos explicaban.

Lo más asombroso es la escalera en espiral, una torre invertida que llega hacia el pozo iniciático, bajando por nueve rellanos circulares, como si evocara a la Divina Comedia y los nueve círculos del infierno. Se cree que servía para rituales de la masonería, perteneciente a la Orden del Temple. Tránsito desde la muerte, en el fondo, donde hay una cruz templaria y la rosa de los vientos, hacia la reencarnación, la salida, más pasadizos ocultos. Todo muy misterioso y cautivador.

Pasamos desde la rosa de los vientos y las cartas de navegación, a la simbología espiritual sobre los caminos de la vida, los correctos y los erróneos, un talismán para la suerte y los símbolos de las órdenes templarias, como una constante búsqueda que pivotea entre la religiosidad y sus prácticas y el agnosticismo.

Aún falta mencionar el Palacio de la Pena, como sacado de un cuento de hadas, ecléctico en su arquitectura, da cuenta del paso de catástrofes naturales, como el terremoto de 1755, que dejó en ruinas a la pequeña capilla, construida en honor a la Virgen de la Pena. Data del siglo VIII. Fue reconstruida y ampliada para constituirse como residencia de la familia real portuguesa. Pueden verse castillos medievales, puentes levadizos y la terraza de Tritón; la Puerta de la rosa, es similar a la Puerta de la Justicia en la Alhjambra, otro hito del Patrimonio Cultural.

Confieso que he aprendido y alimentado mi curiosidad, a la vez que sentí un torbellino de emociones que me llevan a reflexionar, a estudiar más y disfrutar con lecturas que me llevan a pasear por espacios no conocidos.

La cobijá

 


 

Colgado de un barranco

duerme mi pueblo blanco…

Joan Manuel Serrat

 

¡Cómo no visitar los pueblos blancos de la Provincia de Cádiz! Vejer de la Frontera, está erigida sobre un monte alto, a orillas del río Brabate, que no puede ver el mar. Encandilan las casitas de blanco inmaculado al contrastar con el cielo azul esplendoroso.

Si de contrastes se trata, cerca de la Judería y los molinos de viento, la silueta de una mujer misteriosa, la cobijada, sorprende con su manto negro y saya, que cubre todo su cuerpo y deja al descubierto uno de sus ojos, el izquierdo. Dicen que debajo lleva enaguas blanquísimas y encaje. Podría pensarse en un burka, pero la leyenda cuenta que Rachid le construyó un castillo a una vejarana, ya que antes la había llevado a su pueblo árabe y debía usar chador. En Vejer debía “cobijarse”. El vestido no es de origen islámico, sino castellano de los siglos XVII y XVIII.

En el centro histórico amurallado se conserva el castillo, que data del 711, cuando Vejer cayó en manos de los musulmanes. Dos veces volvió a los cristianos, hasta que definitivamente, cinco siglos después, se expulsó a los mudéjares. La historia cuenta que hubo revueltas y batallas, como la de Trafalgar en el sigloXIX, cuando la flota británica venció a las españolas y francesas. Durante la instauración de la 2º República Española, el pueblo se constituyó como municipio español. La cobijada es el símbolo por antonomasia.

Bien lo dice la canción “Pueblo blanco”, los jóvenes van tras el sueño de irse muy lejos, y los viejos, desean morirse en paz. Hoy se está combatiendo el estancamiento demográfico por el auge del turismo. Al trajinar por las callejuelas empedradas y angostas, los únicos jóvenes que deambulan son turistas, por el mercadillo de abasto o la Torre del Mayorazgo. Los viejos esperan dormitando al sol, en cercanías del Convento de la Concepción o por las Iglesias.

En el bar “Caminito”, una pareja de argentinos ofrece auténticas empanadas típicas, pizzas, tostas de tomate, albahaca y aceite de olivas, cervezas y café. Ellos lo nombraron así, por pura nostalgia. Y por curiosear, supimos que el traje de la cobijada se usa actualmente durante las fiestas patronales que se festejan en la Plaza de España. El Museo de costumbres y tradiciones lo atestigua.

Enfrente, una posada, “La bien pagá” nos recuerda la canción de Sabina. Muy cerca, el monumento con reminiscencias islámicas, homenajea el legado de la lengua para la configuración del origen del castellano.

Ya cae el sol y es hora de cobijarse. Por mi parte, me doy por bien pagá.

jueves, 13 de julio de 2023

Faldas, pasteles y serenatas

 

Faldas, pasteles y serenatas

 

¿Sabía usted el origen de los pasteles de Belem?

-Muchos siglos atrás, cuando aún no existía el almidón, las mujeres usaban las claras de huevo para almidonar pollerines y faldas, y como sobraban tantas yemas, que no había que desaprovechar, surgió la pastelería portuguesa más preciada, hecha con finísima masa de hojaldre y las yemas para la crema pastelera. -La dependiente nos cuenta.- Pero es un secreto no develado desde hace doscientos años.

-Por las dudas, no intentaremos inmiscuirnos en el arte culinario. Nos dedicamos a degustar y desayunar para deambular por la ciudad. Estamos preparadas para la aventura.

Porto es la ciudad de donde proviene el vino oporto, fortificado con aguardiente. Es todavía muy temprano para beberlo. Nació en el siglo XVI. Nosotras no usamos faldas como antaño, por esta época.

En la calle pasa una marcha multitudinaria de mujeres que manifiestan su interés por vencer al cáncer. No usan faldas, tampoco, pero lucen atuendos rosados. Nos sumamos para acompañarlas.

Unos sonidos melodiosos nos distraen y despiertan interés. ¿Qué es aquello?

-Vayamos. Son los tunas, músicos callejeros, estudiantes universitarios que muestran su arte, como los giróvagos, itinerando por las calles del centro histórico. Lucen jubón, camisa blanca, calzas, calzón abullonado, una capa cruzada con una banda identitaria (el rojo pertenece a la hermandad universitaria de Derecho) y botas de fuelle.  Suenan instrumentos de cuerda y percusión, y los cánticos, a coro. Al finalizar, reciben colaboraciones voluntarias a la gorra. Música deliciosa. Nos dicen que son nocheriegos, además de andariegos. Prefiero llamarlos “tunantes”. Dan serenatas para cortejar. Si a la mujer le gusta, enciende la luz tres veces, como señal de aceptación.

Ahora, la librería Lillo, la más chula de Europa, nos provoca para curiosear. Un mundo de libros primorosamente expuestos, asombra. Me regalan “El arte de la guerra”, de Sun Tzu. Leo: “Si los pájaros alzan su vuelo, es porque hay tropas enemigas en el lugar”. Interpreto que las tácticas de la guerra son similares a las estrategias para el amor.

-¿Estaré buscando guerra?

-Parece que sí. Seguro esta noche recibirás serenatas.

Caminar y recorrer da hambre, así que probamos un poco de todo de los ricos productos culinarios lusitanos.  Bacalao, salmón, sardinas, verdurillas salteadas, pulpo a la provenzal, “francesinhas al ovo”, regado con cerveza negra. De postre, una copa de vino oporto dulce.

Vamos hacia la Ribeira del río Duero, cruzamos el Puente de Luiz I, entramos a la Catedral de Oporto para admirar ese monumento histórico del siglo XII, de estilo románico.. Transitamos por la Rua de Santa Caterina, y se nos aflojan las piernas. En la calle de las flores, compro un clavel rojo y adorno mi cabello. Esta noche esperaré la serenata “Clavelito” y encenderé la luz tres veces.