De
pronto el bosque se vistió de plata,
se
abrieron las ventanas y las flores,
se
oyeron unos pasos por las matas,
llegaba
el amor de mis amores
Jorge
Amado
Al fin llegaba el amor, tal vez porque pedí tres deseos
enrollando a la muñeca la cinta de Bonfin; la roja, como símbolo de buena fe y
de buenos recuerdos de la estancia en San Salvador de Bahía. Se dice también
que son la señal para que los delincuentes les roben a los turistas, apostados
frente a la Igreja del Señor Bonfim. Cuentan que en la ciudad hay alta
inseguridad, por lo que la policía local circula por el centro histórico
portando fusiles de asalto.
-Tome con fuerza la mano de los niños, así rubitos llaman
la atención y suelen secuestrarlos- nos decía una bahiana en el bus que nos
llevaba a la casa Río Vermeho, donde vivió el escritor Jorge Amado. Miedo nos
dio.
Es tanto lo que hay que ver que nos detenemos en el
Pelourinho a ver la Roda do Capoeira, donde los descendientes afro-portugueses
hacen sus acrobacias, como danza guerrera de patadas y fintas, al ritmo del
berimbao y el canto.
Se menciona que había allí una columna de piedra en el
centro de la plaza, donde eran expuestos y castigados con azotes, los esclavos
en la época de la Colonia. Fue trasladado a la Plaza de la Piedad. Pelourinho
es hoy un centro cultural magnífico. Se restauraron las fachadas de las casas y
en su mayoría, los residentes de origen africano fueron expulsados a barrios
más alejados, al Centro Yoruba Candomblé y del baile nacional Capoeira.
Candomblé es la religión propia, un culto fetichista que
homenajea a los orixás, deidades guardianas de la vida natural y las emociones
o necesidades humanas. Recuperar el amor eterno, así como luchar contra el
racismo y la discriminación. Se han visto ofrendas con velas rojas y patas de
gallina en platos preferentemente dispuestos en senderos y jardines. No así, la
ceremonia nocturna de sacrificio, cuando la gallina es arrojada al mar.
Las bahianas de típicos ropajes y turbantes coloridos se
dejan fotografiar, a cambio de aportes dinerarios, así como ofrecen el rico
acarajé, de la cocina local. Una masa de frijoles frita en aceite de dendé y
rellena con camarones, leche de coco, jenjibre y cebollas coloradas.
¿O qué e que a baiana tem?, interpretada por Doribal Caymni. Así se las ve torsos
de seda, brincos de oro.
Bahía está dividida en la ciudad alta y la ciudad baja,
comunicada por cuatro elevadores, por lo que pueden apreciarse las bondades del
paisaje urbano y el mar. Se escuchan bossanovas y sambas, el ritmo del
carnaval; la piel dibuja y los conecta con los antepasados.
Desde Plaza Cairú se oye otra típica canción. Es Tom
Jobim, creo.