sábado, 24 de octubre de 2015

Dinosaurios

El tiempo pasa, 
simple manera de decir.
Llevo un dinosaurio en mis entrañas
que devoran milenios, siglos, años,
toda la selva
y hasta un árbol repleto de frutos maduros.
Tu hijo lleva dentro un triceratop
que engulle años, uñas y una brizna de pasto.
Tus nietos llevarán un saurio gigante
que roe con fruición las raíces escasas
que se niegan a morir en el erial,
saciándose después con sus cartílagos y sus huesos,
para inmovilizarlos.
Las aves carroñeras harán su parte:
los deglutirán sin culpa.
Acá estoy, sacudiendo mi cola portentosa
para espantar a los que me perturban cada día.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Luna llena

¿Quién podría dudar de la fascinación que provocan las noches de luna llena? Días pasados pude verla, casi en la madrugada, sola, solita con mis emociones. Lo llamativo era que una inmensa grúa parecía engancharla desde un extremo y sentí que ese enorme monstruo estaba raptando a la luna gorda y romántica. No supe si la subía o la estaba bajando hacia las profundidades del lago, quieto como un espejo. A lo lejos, el pico de la catedral señalaba el cielo como un dedo acusador, como una recriminación. Hacia el este, el alba estaba despuntando y las montañas se teñían de un rosa pálido.
Sucede que las cosas no siempre son lo que parecen; los espejismos en algunas ocasiones son promesa de agua en el desierto, de vida y de amor. La iluminación y las sombras estaban dejando atrás a la luna y me pintaban un panorama que, soterrado, proponía ver la cara cruel de la realidad. O tal vez, mi humor quería verla de una manera menos poética, pero más objetiva.
Esa grúa se había instalado para construir edificios en la costa del lago y cuando estuvieran listas, no nos permitirían admirar la belleza del paisaje; otros instrumentos, sierras, hachas, chipiadoras y moto-niveladoras derribaban el bosque para dar paso a construcciones modernas. ¿Dónde estaba quedando la aldea de montaña que antes era mi pueblo? ¿Hacia adónde irían los rollizos? Tal vez sean dispuestos para el concurso de hacheros de la Fiesta de la Nieve, o para nuevas esculturas, "los guardianes del lago".
Otra maquinaria diabólica, ésa sí, oculta, está cambiando su aspecto. Por debajo de la mesa, con una mano, los funcionarios reciben su cuota-parte, y con la otra, firman las resoluciones de excepción a las normas municipales. En tiempos electorales, los discursos políticamente correctos, anuncian obras para embellecer la ciudad, en aras del desarrollo, pero se cuidan muy bien de frenar las obras de infraestructura necesarias para acompañar el crecimiento; las cloacas están colapsando, la planta depuradora de líquidos cloacales se detiene por "desperfectos técnicos"; la basura contanminante, irremediablemente, está derivándose al lago, mientras los funcionarios siguen cobrando, sin dudar, los "retornos" por licitaciones fraudulentas o las "coimas" por los favores "non sanctos". La duda no es una jactancia de los inteectuales, pienso.
Así que, esta madrugada me colgué de la grúa intentando apresar la luna y luego me caí y me zambullí en las profundidades del lago para buscarla (Me llaman Narcisa) y cuando llegué a la superficie grité con toda la fuerza de mis pulmones: "¡No hagan olas, que no puedo encontrar la luna!"
 https://www.blogger.com/blog/post/edit/5648224464056352812/555891205004876844

miércoles, 8 de julio de 2015

¡Atención, chicas!

Tuve una profe de Matemática que no me perdonaba mi ignorancia, o más bien, a mí no me interesaba esa materia. Resulta que siempre me negué al mecanicismo o al estudiar de memoria. Pasa que tampoco hacía grandes esfuerzos para aplicarme con ahínco, al razonamiento o a la lógica. 
A las chicas en general, o a mí, especialmente, me resultaba interesante admirar los modelitos que usaban las profes, jovencísimas, y a la última moda. Por ejemplo, el trajecito color mostaza y marrón de la profe de Lengua. No me olvido del blazer fucsia y la pollera a cuadros fucsia y la falda a cuadros fucsia y calipso, de la de Matemática. ¡Qué lindos recuerdos!
Todos los años "me llevaba" varias materias, hasta que en 5º, mi viejo me dijo: "Si te llevás una materia, no vas de viaje de egresados". Y ¡era en Bariloche! Así que estudié (hasta Matemática) y ese año aprobé todas.
Finalmente, fuimos, y ¿saben qué? Allí conocí a mi marido... Debería decir acá, en Bariloche, porque en este paraíso vivo, desde casi cuatro décadas. Fui feliz y formé una familia hermosa.
Cuando era directora de una escuela secundaria acá (antes fui profe de Lengua y Literatura) les contaba a mis alumnas esta anécdota y remataba diciendo: "si estudiás, conseguís marido". Aunque una colega me diga ahora que ése no es argumento para estimular al estudio, pienso que eran otros tiempos, aquellos.
Y "¿saben qué? Hoy, gracias a las nuevas tecnologías, me he re-encontrado con mis profes (las de los trajecitos a la moda), y le agradezco por todo lo que compartimos y aprendí de la vida, por conocer personas tan lindas y nobles.
Esto va para Martha, en su cumpleaños.

martes, 2 de junio de 2015

Indiscutible torbellino

-Sí, señor ahora me siento aturdido porque sé que este viaje me afectó los sentidosqué me dicen cuando despierto en medio de la noche sudoroso y gigantesco y asustado toco mi frente y descubro que soy Polifemo que formó la Isole Bella y hoy sus vibrantes colores atrapan y tengo antojo de un cognoli regado con vino Marsala pero antes acudo a la Diosa Deméter que me trae en bandeja un cous-cous de pescado ya satisfecho me topo con el capitano Schettino que ha que ha quedado en libertad en la esquina de un bar en Sorrento o en Salerno ya no me acuerdo y veo las taraceas tan ricamente creadas y las admiro y me siento Empédocles que quiere suicidarse en un cráter del volcán Etna y soy un personaje de la comedia de Luiggi Pirandello cuando veo su casa en Agrigento y le pido a Santa Agueda que detenga la lava o le rezo a Santa Rosalía de Palermo para que me libere de la peste y como es 23/5 voy a la manifestación antimafia por el aniversario de la muerte de Giovani Falcone y Paolo Borsallino luciendo mi camiseta anti-pizzi pero dudo "un attimo" y mejor hago el tour del Comisario Montalvano por Ragusa la Vigata en la ficción y me transformo en Icaro y voy volando hacia el sol hasta caer a los pies del templo de Zeus soy el gigante que duerme y las mujeres me tocan para mantener la energía mental y sexual entonces soy de nuevo Tifón en la punta del volcán y escupo fuego y provoco terremontos ahí está Caravaglio con sus tonos oscuros y rojos pintando vírgenes de pies sucios con las modelos prostitutas ahora voy hacia la cima del volcán Vesubio para despertarlo pero llego según las indicaciones en la pedra hasta el lupanar y me refocilo con las esclavas griegas salgo después por la puerta de Venus y me encuentro frente a un cartel en Viale degli Ammiragli Sex is Now 100% anónimo retrocedo con temor y voy a ver la audiencia del Papa Francisco en el Vaticano que está dando su homilía y tiene razón el amor no se compra en esta cultura del todo rápido es en realidad una construcción casi artesanal de a dos todos los días y yo estoy solo y confundido...

-Bien. Terminamos por hoy. Le recomiendo para la próxima sesión del jueves, que vaya revisando la historia, las leyendas y mitos y las características de la gente. Es lo que debería haber hecho antes de viajar para una mejor comprensión. Ci vediamo, Vincenzo!

Caleidoscopio siciliano

Llevo las alforjas de la retina y la mente repletas de sensaciones, colores, aromas, sonidos, sabores, tantos que hace falta dejar sedimentar. Recién ahora puedo cerrar mi boca que se mantuva abierta por los ¡Oh! de admiración desde que llegué a Sicilia. Es que, como dicen los italianos, es "affascinante" y "meraviglioso" y la mejor manera de expresarla es escribiendo como ahora hago para todos aquellos que, como yo, sienten ansias por viajar y conocer los orígenes de nuestra cultura, la historia, la geografía, los mitos y leyendas, su arte y la idiosincrasia de los pueblos que hoy habitan Sicilia.
Sé que los dioses me han protegido durante esos días, porque arribé a sus ciudades en son de paz, con la intención de absorber, como una esponja, todo aquello que me emociona. Y realmente Sicilia me ha conmocionado de tal manera que la Trinacria, el símbolo de la isla, no me convirtió en piedra, ni me expulsó, me enamoró y fue mi amuleto de la suerte.
Todo es exaltación de los sentidos y ¡qué razón tenía Homero al llamarla la Isla del Sol!. Aroma de cítricos, de olivos y frutos de la tierra y del mar. Sabores del buen vino y el limoncello, el cognoli, el gelato de limone, l'arancini, la pizza y la buona pasta y ¡los postres! QUé delicia la svogiatella del café Gambrinus, el tiramisú (que significa "álzame") y más.
Tonos verdes en los valles cultivados, amarillos y dorados de los cítricos, colores vibrantes de las casas asomando en la cima de los farallones, iglesias y cúpulas apuntando hacia el cielo azul, y debajo, el mar también azul intenso, haciendo vibrar el alma con acordes de una sinfonía celestial.
He imaginado el canto de las sirenas y he visto a Jo coqueteando con Zeus, y a Icaro, el gigante que ahora duerme, pero que sigue buscando la libertad. Las alas de la medusa con cabellera de serpientes atestiguan ese espíritu independentista de la isla. Parece que aún no llega esa instancia definitiva, porque sigue habiendo los capitán Schettino y los muchos "Padrinos".
En la ensoñación de la vigilia pasa el comisario Montalvano por las callecitas de Noto (Vigata de la ficción) y Hércules mientras el Vesubio sigue fumando sin atemorizar a Pompeya y veo las bellísimas taraceas, mientras escucho "Funí culí... funí culá" me perfumo con el jacarandá-Chanel Nº 5 y pasa la manifestación anti-mafia del 23/5. Falcone y Borsallino observan las camisetas de los estudiantes, mientras Santa Agata abre sus brazos protectores y me adormezco entre geranios y Santa Ritas, gozando en mis papilas un confitye de almendras, chocolate y limón.

miércoles, 22 de abril de 2015

Tango-ajedrez

Los pies tienen memoria de un ritmo casi olvidado. Acepto el convite porque sé que podré llevarlas a todas, con galanura y maestría. Me coloco el sombrero requintado y en un guiño, abrazo a la primera para iniciar una historia completa, incluso con notas a pie de página. Viene otra milonguita de falda negra y tajo profundo y me saca el sombrero para ofrecerme otro y no sé a cuál elegir.
Brazos verdes como pájaros. Desdos de seda y alas que recuperan el vuelo, me dejan su polen flotante en un perfume que subyuga. Hay mariposas de luz y luciérnagas sensuales. Hay pétalos de coral y nácar, danza de contoneos y susurros de faldas y caderas portentosas, cinturas como juncos que se quiebran, se yerguen, se contraen. Hay balanceo de pechos como frutos maduros, seducción en la fragilidad de los gestos, párpados que caen como murciélagos y apagan unos ojos como centellas, que ríen, que provocan...
Las baldosas en blanco y negro se dibujan y se desdibujan en cada vaivén y los sonidos de mi cuerpo las abrazan a todas como la sombra de un árbol protector y luego me dejo llevar por anémonas y algas voluptuosas en un mar ignoto y canto de sirenas.

martes, 21 de abril de 2015

Se llaman Soledad

1- La señora está compungida. Por la mañana no ha podido conseguir lavar sus penas. Ahora mira con displisencia, desde el ventanal, cómo el sol va escondiéndose tras los cerros, como si un vino tinto se derramara sobre la ciudad, como si la emborrachara de rosas y violetas y tiñera de rojo las aguas quietas del lago.
Noches atrás había visto la luna llena y romántica. El insomnio la desveló y había alcanzado a ver más empequeñecida, esa misma luna ocultándose, mientras engullía con fruición. los bombones de sabores sutiles, cuando se quedó sola. Ahora tiene jaqueca. Tal vez le han caído mal, porque ha ido comiendo despacito cada trozo de chocolate, enroscando sus piernas contra el pecho, como para rechazar el vacío de su soledad. No son salobres las lágrimas que bajan lentas. Cuando la migraña le daba punzadas agudas en las sienes, pensaba que el chocolate iría a quitarle el amargor que hace tiempo viene acompañándola.

2- Se contrajo en la cama, hasta reducirse a una mota de polvo. O no tanto, más bien como esa mosca negra que revolotea sobre el vaso de leche blanquísima y descremada, que había olvidado sobre la mesita de luz. Se desperezó, estiró las piernas y se alegró sin saber por qué. Brillantes nubecitas se desprenden como escamas de un cielo añil. Está clareando ya. Todavía coquetean, insistentes, las imágenes que fueron recorriendo todo el espacio, en esa noche que se fue atragantando, como si fuera el carozo de una ciruela un tanto verde.

3- La inmensidad del río está brillante como una daga, al fulgor de la luna. Siente el frío y la humedad del amanecer, hasta que al cruzar a la otra vereda, adivina que el sol pronto vencerá a la neblina, que aún persiste yse queda, pegajosa, en las paredes, en las manos, en las ropas. El aire está caldeado, lleno de presagios, de incertidumbres, de vibraciones y de humo. El alba color limón, por el este, inunda las calles y destroza los bloques de sombras, entre los edificios. Puede ver ahora, que el óxido es un enemigo peligroso que carcome, en silencio, y termina debilitando cada viga, cada columna, cada portal, cada vida.
Una joven demacrada, con ojos de acero ribeteados de un rimmel confuso, una boca desdeñosa y de carmín borroneado y una nariz afilada, desciende a trompicones por la calle desierta, con los tacones en la mano. El sol ya sin timidez, anuncia su presencia rotunda. Ahora la mujer está tendida en la cama, envuelta en una bata descolorida. Tiene la cara lívida. Sobre una silla cuelga, fláccido, el vestido de seda color esmeralda, tachonado de lentejuelas. Sobre la alfombra, el corpiño, la tanga y el antifaz.

4- Por momentos, la parte cómica de su máscara, ríe con desenfado. Y por momentos, la parte dramática se ensombrece. Luego, la mueca de la risa o la de su pesar se distiende. Se apoltrona en su sillón preferido y se enrosca un mechón de su cabello rubio, pensando.
Una ola de hastío la envuelve, blanca como un tul en baldaquino. Llegan apaciguados los sonidos de la calle y se adormece.

5- Una bolsa de cemento y una barra de hierro había pedido. Ella se quedó parada junto al depósito de hierros, sólo unos metros delante del muchacho que la tendió. No tenía ojos en la nuca, pero supo enseguida que una mirada penetrante la estaba desnudando. Ella emanaba olor a sudor, enfundada en un equipo de gimnasia. Él estaba oliendo un aroma que lo atraía, que se entremezclaba con el olor del aserrín y el gasoil, cuando el barrendero pasaba el escobillón.
40/80 era el tipo de hierro que esperaba. -Lo ajustamos con alambre, así -y sus manos se movían con la habilidad de quien conoce el oficio y ella pensaba que eran manos fuertes pero suaves, protegidas por los guantes de trabajo; presentía unos brazos potentes, capaces de ofrecer tiernas caricias... 40/80... Sí, justo el doble; seguramente ella lo doblaba en edad.
Ahora que terminó de escribir y que las musas se fueron, supo que esa inspiración había sido como un orgasmo, un espasmo intelectual que la dejaba exhausta ante la hoja escrita y las sábanas frías.

6- Estoy en baja deprimida sin apetito sin billete nostalgias del amor que ya se fue felpa de la añoranza del mar de linos florecidos de mi infancia y trigales mecidos por la brisa del viento norte hago cuartetas metáforas de angustia y turbias lágrimas mojan las mejillas desteñidas fluyen constantes regulares sobre el cuello y la remera hasta humedecerla agua de borrajas el pincel se humedece y la acuarela no logra reflejar la luz difusa del ocaso tras los rascacielos negros que devoran las sombras cubriendo como un tul de luto y lloro perlas en el desierto.

7-Una mujer de hilachas indecentes camina con desgano y ve los millares de gnomos juguetones que edifican torres frágiles, pero resplandecientes. Quiere atraparlos para contagiarse ella también de esa alegría, pero sus manos huesudas y artríticas no llegan y el castillo de sus sueños se derrumba. Ya con más decisión, ahora se abre camino por entre una inextricable maraña de ruidos chirriantes y telarañas, como el roce continuo de una tiza sobre un espejo polvoriento. Los reflejos de los coches, las calles, el bochorno citadino, todo parece cortarla en fragmentos regulares, como si anduviera entre virutas gruesas de metal. El sol le gotea en la cara, a través de las alas de su sombrero Panamá, harapiento y sucio. Ella necesita que el sol le haga cosquillas, como si una mano le acariciara la espalda gibosa, o le diera coscorrones en loas ondas desgreñadas de su pelo grasiento.
El ulular de una sirena que se acerca, la detiene en el borde de la acera.

8- Se incorporó de un salto y el espejo le devolvió un rostro plácido. Unos ojos azules casi grises de océano profundo, anticiparon una sonrisa de labios breves. Luego la interrogó.
-¿Y si te quedaras un instante quieta y sola?
-¿Si te abrazaras fuerte las rodillas contra el pecho para sentir que te quieres y te admiras?
-¿Si dejaras de escudriñarte esas líneas de expresi´`on y las señas indelebles que contornean tu mirada?
-¿Si dejaras de juzgarte por esas arrugas, y en cambio, pudieras amar cada fragmento de tu piel?
El espejo prosiguió afirmando. No eres esa mosca negra y repugnante que zumba a tu alrededor. Eres grande en tu dicha, fuerte y de firmes trazos convincentes, de mandíbula intrépida, y lo que es aún mejor, de tus labios delgados pueden salir palabras maravillosas. Palabras suaves, para arrullar. Palabras dulces para enamorar. Palabras impertinentes, para exigir. Palabras nuevas, para sorprender...
-¡Ponte guapa, mujer! Si estás más sana que una manzana -El espejo es su pitonisa. De un palmazo aplastó a la mosca cargosa y partió.