lunes, 1 de mayo de 2017

Terapeutas y diagnósticos

Fiel a su vieja estrategia, el terapeuta está revisando las sesiones diarias. Desgraba, como todos los días, la conversación con su paciente Lili, quien acudió a él para resolver o develar cuáles son las razones por las que sus relaciones sexuales tienen un signo de incompletud en la búsqueda de una pareja, y oscilan entre hombres un tanto mayores, y otros más jóvenes. 
El Dr. Q piensa en la búsqueda del padre, su protección, la seguridad del amor permanente y por otro, las fantasías eróticas y la lujuria con los más jóvenes. Deberá consultar en primer lugar, el complejo de Electra y la mitología griega, y luego, revisar los cuatro gigantes de las emociones del siempre bien ponderado, el imbatible teórico del siglo pasado. (1) Verá cómo juegan en ella la secuencia del miedo, la ira, el sexo y el deber. Piensa que es casi seguro que Lili lo relaciona con el artista, Joan Miró. 
He aquí algunos fragmentos de los diálogos:
-Creo que elegí a Martín porque él ha sido el símbolo de la protección y la seguridad. Ahora que lo pienso... sí, tuvimos buen sexo, en la medida de lo deseable. -Se inclina en el diván y en su voz hay ahora una vibración diferente. -Sin serle infiel he imaginado cómo sería el sexo con parejas más jóvenes... pero me he quedado con la sola fantasía, creando escenas de lujuria en lugares alejados de lo común, más allá del consabido ascensor, o la bañera rebosante de espuma y sales marinas, he pensado en un alfalfar, o en un campo de margaritas o de girasoles, en el colchón de agujas de pino en un bosque umbrío, en la ribera de un río de montaña...
-¿Recuerdas algún deseo trunco con un macho joven?
-Solíamos pasar las vacaciones de mi padre en la casa de mis tíos, que eran floricultores. Mis primos, Mónica y Edgardo, me llevaban uno y dos años, respectivamente. Él tenía los ojos azules, que reían junto con todo su cuerpo atlético y sus labios. Jugábamos entre los invernáculos de claveles y gladiolos, hasta que él nos empujaba en los grandes piletones de agua fresca, donde reposaban las flores recién cortadas, listas para ser llevadas a la feria de los sábados. Mónica se quedaba llorando de rabia. Yo corría, chorreando agua hacia el bosque de pinos. Mi primo Edgardo me perseguía porque sé que admiraba mis tetitas ateridas y adheridas a la camiseta... él quería devolverme el calor... pero...
-Continúa, por fabor.
-Detrás de cada pino, ahí estaba la mirada vigilante de mi papá. -Cambia de tema intespestivamente- ¿Vio Dr. qu`´e hijo de puta ese pelado Cordera, el cantante de la Bersuit Vergarabat? Ahora lo van a juzgar por sus declaraciones en la charla de la universidad. Dijao que muchas mujeres desean ser violadas, porque es la única manera de gozar, qué hijo de puta! -Lili se queda en silencio. El terapeuta analiza cómo el contenido de la charla acopla dos temas, así como en la gráfica, se coloca un título en primera plana y en los recuerdos, los temas relacionados.
El Dr. Q ha comprado el C.D. del grupo de rock, "La argentinidad al palo" y se dispone a escuchar para entender más a su paciente. "Cuatro ebrios se lo llevan, se lo llevan para siempre y pronto vuelve..." Se dispone ahora a comer. Es un sibarita que disfruta de cada plato. Se coloca una gran servilleta blanca y revuelve la ensalada de ira, de miedos, de sexo y de deber, mientras va diseñando el diagnóstico de su paciente. Llaman a la puerta del estudio y le acercan el postre que él mismo ha preparado. Lo denominó "Geoda", porque es una piedra rústica que contiene la belleza del cristal de roca, que es terneza y dulzor. Como él siempre repite: "Endurecerse, sin perder la ternura". 


(1) Emilio de Miró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer sus opiniones, percepciones y comentarios de las páginas de mi blog.