Siempre peregrinando, rumbo a la Provincia de Cádiz, en
Andalucía, no puede perderse el andariego, la oportunidad de llegar al Peñón de
Gibraltar.
Y Gibraltar cuando era chica y donde yo era Flor de la
Montaña sí me puse la rosa en el cabello como hacían las chicas andaluzas… y
cómo me besó bajo la pared morisca… y luego le pedí con los ojos y me preguntó
si yo quería sí… y yo primero lo rodeé con mis brazos sí y lo atraje hacia mí
para que pudiera sentir mis senos todo perfume sí y su corazón golpeaba loco y
sí yo dije sí quiero sí. (Fragmento
del monólogo de Molly Bloom en Ulises de James Joyce.
Estas imágenes me impulsaban a llegar a la cumbre en lo
alto de la roca, donde se puede ver el norte de África y Marruecos, así como la
confluencia de las aguas del Mediterráneo con el Océano Atlántico.
Llegamos a Línea Concepción, en la Bahía de Algeciras,
donde viven los linenses. Como siempre es bueno investigar un poco de la
historia, supimos que, a través del Tratado de Utrech, en 1713, España cedió al
Reino Unido todo el peñón, puerto, defensas y fortalezas.
-Hasta recién, me eché un zorrito (siesta) – nos
cuenta la camarera española de un local en Main Street. -Verán allá, el Fuerte
de Santa Bárbara, y allá, el Fuerte de San Felipe.
-¿Vivís aquí en forma permanente?
-No, todos los días venimos a trabajar. Del otro lado,
estamos de paro, y acá se gana muy bien, así que al anochecer volvemos muchos a
casita.
-Ahora más repuestos con el café y las cakes, nos vamos a
la aventura.
-Deben tomar el cable carril. Tienen que ver a los monos
macacos en roca superior.
Allá llegamos, junto a los monos, dueños del lugar, que
están como domesticados por el continuo contacto con los visitantes. Se rascan
parsimonia y nos observan atentamente, esperando que les arrojen alimento, una
banana, o galletitas, pero está prohibido.
Desde la plataforma vidriada de observación hoy no
alcanzamos a ver África, está muy nublado. Sí vimos las columnas de Hércules,
las fortificaciones medievales en el Castillo de los Moros y desde lejos, los
túneles del Gran Asedio, cuando en el siglo XVIII, las fuerzas españolas y
francesas intentaron recuperar Gibraltar de los británicos. Hoy es otro cantar.
Así que no dije sí quiero, y regresamos.
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