lunes, 11 de julio de 2022

SÓLO UN DESIERTO

 

 

-¿Me ayudas a interpretar los sueños? -Como un pedido de auxilio, su mirada perturbada de abotargado silencio, me indicaba que mientras dormía, hubo señales.

Se había despertado por fuertes golpes que suponía provenían de llamados en la puerta, pero eran martillazos que daba el vecino en la obra en construcción.

-Conviene que enumeres las imágenes que se sucedieron, porque rápidamente se van borrando de la mente. Lo que es cierto, es que los sueños expresan deseos inconclusos.

La trenza congelada de Lucía, que asomaba debajo del casco de esquiadora. Padre y esposo departen amablemente en un ambiente que podría ser el inframundo; las llamas no los tocan cuando el potente chorro de agua de los bomberos, lava el odio que se tenían. Alicia, una parienta que vive muy lejos, repentinamente aparece y conversa con mamá, que nunca vio y ya no está, mientras preparan la comida. Las manecillas del reloj descuajeringado giran “a lo loco” al darle cuerda. A contrarreloj, me apuro para asistir a la reunión a la que me había comprometido, pero ¿cómo iré, si no encuentro ni los zapatos, ni la dentadura? El cordón de una bota está atado al fino tacón del stiletto rojo; de un cierre roto asoma la pantufla despeluchada; el sueco verde arratonado se quiere emparejar con la ojota que había perdido en la Isla de Barú. No se ve la mesa del comedor, pero hay que comer. Mamá sirve la cena haciendo lugar entre los zapatos acumulados sin armonía y ¡ahí está la dentadura postiza que buscaba! Así termina la vida… y comienza el sobrevivir, escrito como graffitti en la pared ciega y blanca.

Había apagado el celular para dormir sin interrupciones y ahora lee la respuesta virtual de la gobernadora a una docente amiga, que prefiere ir al loquero, antes de seguir humillándose en la escuela de hoy.  -¿Qué tiene en la cabeza la tipa que iza la bandera mapuche en una Universidad del Sur? -la llamada termina de volverla a la vigilia.

Finalmente encuentra el mensaje del Gran Jefe Seattle (1855), publicado por una fundación que defiende el medioambiente. El aire es algo precioso, porque todos comparten el mismo aliento, el animal, el árbol, el hombre… La savia que circula en los árboles porta la memoria del hombre… La tierra no pertenece al hombre. El hombre pertenece a la tierra… Los ríos son nuestros hermanos… llevan nuestras canoas y alimentan a nuestros hijos…darles un trato bondadoso como el que le darías a cualquier hermano… Trata a la Madre Tierra, y a su hermano, el cielo, de la misma forma… Un insaciable apetito voraz devorará la tierra y dejará tras sí, sólo un desierto.

-Mejor dejemos a los lectores que interpreten… - Y la veo partir con decisión y esmero para dar la conferencia. De sus labios rojos asoma una sonrisa blanquísima (había encontrado el artificio). Un rodete, como al descuido, anuda sus cabellos canos. El trajecito marrón de falda tubo y tacones al tono, le dan elegancia y convicción, como plus. Lleva en el maletín la ponencia que leerá en el Paraninfo de la Universidad.

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