sábado, 8 de septiembre de 2018

Mujer y cisne

Una mujer madura
torna, de pronto,
en incipiente mujer.
Cierra los ojos y
tropieza con la nostalgia
del primer amor.
Sublime, en la lejanía
de tiempo y sitio.
Un cosquilleo en todo el cuerpo,
como si un cisne de cuello largo
anduviera descubriendo
cada recodo en el relieve de su piel,
cada presuntuosa turgencia,
cada mullida hondonada misteriosa.
Es como si picoteara en ternuras pequeñitas
todo ese universo ígneo.
Se sumergen en las aguas quietas del lago,
hasta que un ramalazo
que viene de las profundidades,
los elevara hacia la superficie,
como si les insuflara aire fresco
de renovada vida y
silbara
un canto de candor y sabiduría.

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