sábado, 1 de septiembre de 2018

Avalancha

Hay una rara luminosidad por la venta.
No es plenilunio,
es una nada blanca
que se esparce parsimoniosamente.
Un extraño silencio me despierta,
aminora el tic-tac del reloj
y me desvelo.
Un deslumbramiento
que me corta la monotonía,
se posa en el dintel de la mirada.
Una tabla rasa.
Una enorme somnolencia.
Una blanca palidez,
me deja absorta.
Los párpados se apelmazan,
se aletargan,
se acurrucan,
se arrullan.
Es la nieve virgen que me recibe
en la colcha fría.
No detiene la agonía
y me lleva
y me engulle
en el vientre glotón de la montaña. 

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