Tarde en sepia
En el acantilado azul de los
recuerdos,
en la abierta hermosura de los
arrecifes
merodea en el hueco del sosiego.
Palpa los corales del olvido.
Explora en el bosque del tiempo.
Rescatar los límites
en el hilo del horizonte.
Blanquear las oscuras intenciones.
Percibir las caricias que sí dio.
Engañar la olvidada cartografía de
los dedos.
Es la piel gastada de los días.
Es el tedio de las horas.
Son los silencios testarudos
que se esconden
en el remoto cajón de la memoria.
¿Cuánto tiempo necesita el olvido?
Sólo queda el aroma a lavanda
para pintar la soledad
y hurtar la distancia
en un verso sin tiempo.
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