Tan frágil y, sin embargo, tan fuerte. Tiene la
vulnerabilidad de una mariposa que sueña y se evapora como el rocío de la
mañana. Es también una roca inquebrantable, a la hora de defender sus derechos
y los de los suyos, una leona.
Tan suave en sus manos que acarician con la ternura del
terciopelo, pero tan ruda para sobar los tientos y fabricar una cabezada para
sus caballos, como hacía su papá, que galopa en sus recuerdos amorosos, como su
abuelo Federico, que no conoció.
Tan dulce en su mirada azul, como una de sus abuelas, tan
mielecita cuando quiere. Tan fiera, tan ácida como una naranja amarga, cuando
un enojo abrupto la sobresalta, como la otra abuela.
Tan natural como el silencio y la paz que aspira muy profuso
en la cima de las montañas, y la paciencia de sus pensamientos, que, aunque muy
parca, los trasluce sin decir, con diáfana transparencia.
Tan seda y tan danza, sus pasos convocan y seducen, como la
canción que canta su compañero y son rasguidos de guitarra que ya vuelan sobre
la placidez del lago.
Y así estamos todos, danzando en su cumpleaños, porque nació
un fin de año para inaugurar la vida. Continúa mariposeando con los colores de
la luz de un arco iris, asomando después de la lluvia mansa.
ResponderEliminarشركة تنظيف بالقصيم