sábado, 6 de octubre de 2018

Por la pasarela

Parecía la vibración del celular. Eso me inquietó un poco. Otra vez ese rum rum conocido, como si ella merodeara a mi alrededor.
Continué con mi tarea de recortar el seto, indiferente, como si quisiera ignorarla. Me concentré para darle la prolijidad deseada a las mechas de la retama; dejé al lado la tijera de podar, para descansar y de nuevo, ese zumbido que siempre me seduce.
No la veo pero sé que esta noche estará en mis sueños y en mi cama, como lo hace habitualmente. La veré desfilando en la pasarela con su "tailleur" amarillo y marrón y esas medias negras que tanto me gustan. Sinuosamente, caminará hacia mí y entonces la recibiré en mis brazos, porque soy incapaz de rechazarla. Rozará mi aliento, guiará mi mano, acariciará mi vello y las bocas de miel apurarán las ansias. Besos, pellizcos, cosquillas, mordisquitos. Dejará en mi piel su aroma de narcisos y todos sus fluidos penetrarán tan mansamente en mi cuerpo, como anestesiándome. La alfombra de la pasarela será un lecho de tréboles. Luego, antes de partir, depositará sobre mi boca, una flor de nomeolvides.
Una picazón. Me rasco. Un escozor. Me raspo y tengo sed. La urticaria me marea. No puedo incorporarme, se me cierra la garganta. El rocío del atardecer me da mucho frío. Quiero gritar y no sale la voz. La hinchazón me impide apoyarme en la escalera para levantarme; mi mano derecha yace, inerte, al lado de la tijera de podar y un punto pequeñito enrojece cada vez más. Antes de que se me nuble la vista, veo, colgada del mangrullo, la botella-trampa que fabriqué para atrapar a las abejas-reinas. Unas pocas zumban y ronronean con su traje a rayas.
Lo que no sé, es si esta noche veré el desfile de las modelos.
-Una chaqueta amarilla le produjo un edema de glotis. Le inyectaré un fuerte antihistamínico. Hay que salvar al jardinero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría conocer sus opiniones, percepciones y comentarios de las páginas de mi blog.