jueves, 4 de octubre de 2018

Cavilaciones de invierno II

No voy a decir que escribo esto en el otoño de la vida, porque sería un lugar común y estatmos llenos de freses hechas, hueras expresiones vaciadas de contenido, por desgaste.
Pero hoy me pregunto ¿Qué nos pasa que ya no leemos, o leemos cortito? ¿Qué nos pasa que reemplazamos las bellas palabras por imágenes o emoticones que debemos elegir para expresar lo que nos dice un texto, y no siempre coincide? ¿Es la era de la imagen, la que sustituye a las palabras? Estoy hablando de la lectura digital. ¿Es cierto que una imagen vale más que mil palabras? ¿Por qué al escribir tan breve debemos tomar como apoyatura una imagen? ¿Dónde quedó la expresión de sentimientos? ¿Dónde se ha arrumbado el sentido estético?
Como docentes que fui (y sigo siendo) he transitado varias reformas educativas. La inter-disciplina, la trans-disciplina y la intra-disciplina me recuerdan a esos intentos por hacer converger las diversas formas de expresión artística: la pintura con la poesía y la música. Hacíamos ingentes esfuerzos para motivar a los alumnos con el objetivo de descubrir cuál era su aptitud artística (porque todos descollamos en una de las artes, y solemos no saberlo) La intradisciplina era ideal para conocer y aplicar el lenguaje técnico de una asignatura, al modo de "Introducción a la Biología", por ejemplo (fotosíntesis, aparato, sistema, mitosis, clorofila, etc) Entonces, los profesores sacábamos de la manga el famoso "Investigar...", sin una consigna clara, lo que dio lugar al copiar y pegar, sin necesidad de mencionar la fuente.
¿No habría sido más simple interpretar el significado de las palabras por el contexto o por el método deductivo de derivación de familia de palabras? Vuelvo a preguntarme hoy por el papel de la escuela. ¿Cómo se estimula a los niños y jóvenes en esta línea? ¿Leen los chicos? ¿Dejan volar su imaginación y se expresan artísticamente? ¿Qué se les ofrece en cuanto a cultura musical? ¿Cómo se estimula a los alumnos para saber distinguir a los grandes exponentes de la pintura, la escultura, etc.? 
¿Es posible que los maestros hayan caído en tan baja estima, que en vez de propiciar el interés por aprender, preguntan qué quieren hacer hoy? En una clase de Historia o en uno de esos talleres con títulos rimbombantes (Taller de arte, comunicación y cultura/ Taller de Literatura, Arte y Sociedad/ Taller de comprensión escritural en los nuevos contextos...) y como no hay respuesta y los chicos se ponen a jugar al truco, entonces proponen: "Vamos a ver una película" ¿Qué pelìcula vieron? -No sé, porque apenas apagaron las luces, me puse los anteojos de sol y me dormí una siestita.
-Vamos a hacer un trabajo sobre el apunte que vimos la semana pasada...
-¡Uh! ¡qué embole! (o expresiones por el estilo, como si la escuela fuera una especie de recreo continuo, y los docentes, algo así como "entretenedores" o saltimbanquis.
-Si ya lo hicimos en grupo y lo entregamos justo antes de las vacaciones. ¿Lo entregó? 
El ¡Ring! del timbre y la atropellada salida salva al docente que no es capaz de explicar por qué no ha devuelto los trabajos corregidos. 
Son escenas de la vida escolar que nos servirán para el debate. 

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