martes, 2 de junio de 2015

Caleidoscopio siciliano

Llevo las alforjas de la retina y la mente repletas de sensaciones, colores, aromas, sonidos, sabores, tantos que hace falta dejar sedimentar. Recién ahora puedo cerrar mi boca que se mantuva abierta por los ¡Oh! de admiración desde que llegué a Sicilia. Es que, como dicen los italianos, es "affascinante" y "meraviglioso" y la mejor manera de expresarla es escribiendo como ahora hago para todos aquellos que, como yo, sienten ansias por viajar y conocer los orígenes de nuestra cultura, la historia, la geografía, los mitos y leyendas, su arte y la idiosincrasia de los pueblos que hoy habitan Sicilia.
Sé que los dioses me han protegido durante esos días, porque arribé a sus ciudades en son de paz, con la intención de absorber, como una esponja, todo aquello que me emociona. Y realmente Sicilia me ha conmocionado de tal manera que la Trinacria, el símbolo de la isla, no me convirtió en piedra, ni me expulsó, me enamoró y fue mi amuleto de la suerte.
Todo es exaltación de los sentidos y ¡qué razón tenía Homero al llamarla la Isla del Sol!. Aroma de cítricos, de olivos y frutos de la tierra y del mar. Sabores del buen vino y el limoncello, el cognoli, el gelato de limone, l'arancini, la pizza y la buona pasta y ¡los postres! QUé delicia la svogiatella del café Gambrinus, el tiramisú (que significa "álzame") y más.
Tonos verdes en los valles cultivados, amarillos y dorados de los cítricos, colores vibrantes de las casas asomando en la cima de los farallones, iglesias y cúpulas apuntando hacia el cielo azul, y debajo, el mar también azul intenso, haciendo vibrar el alma con acordes de una sinfonía celestial.
He imaginado el canto de las sirenas y he visto a Jo coqueteando con Zeus, y a Icaro, el gigante que ahora duerme, pero que sigue buscando la libertad. Las alas de la medusa con cabellera de serpientes atestiguan ese espíritu independentista de la isla. Parece que aún no llega esa instancia definitiva, porque sigue habiendo los capitán Schettino y los muchos "Padrinos".
En la ensoñación de la vigilia pasa el comisario Montalvano por las callecitas de Noto (Vigata de la ficción) y Hércules mientras el Vesubio sigue fumando sin atemorizar a Pompeya y veo las bellísimas taraceas, mientras escucho "Funí culí... funí culá" me perfumo con el jacarandá-Chanel Nº 5 y pasa la manifestación anti-mafia del 23/5. Falcone y Borsallino observan las camisetas de los estudiantes, mientras Santa Agata abre sus brazos protectores y me adormezco entre geranios y Santa Ritas, gozando en mis papilas un confitye de almendras, chocolate y limón.

3 comentarios:

  1. ¡¡¡me transportaste!!!! Quiero ir a Sicilia a sentir sus aromas y sabores, a tomar café y paladear tiramisú

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    1. Gracias por tus comentarios. Ocurre que viajé a principios de año y acostumbro a escribir relatos de viaje. Este texto fue seleccionado en el VII Concurso Internacional de Mujeres viajeras (2015) Me llegará el libro la semana que viene. Por 3º vez participo. En años anteriores se publicó un texto situado en Grecia, "El liberador de Zeus" y "Espejismo fugaz con arnés" de New York. Fijate que están en este blog.

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    2. voy a mirar...con tus ojos...aunque me dan demasiadas ganas de viajar!!

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