jueves, 26 de marzo de 2015

De palabras y reflexiones

Al momento de escribir el título me vino a la mente aquella canción italiana "Parole, parole, parole..."que hablaba de amor, cuando sólo hay palabras. Este texto nada tiene que ver con el amor ¿Y qué son las palabras? Son maneras de decir y de expresar emociones, sentimientos, hechos.
Juego con las palabras, cambio sílabas, altero vocales y consonantes (suerte-muerte) y surgen palabras que significan diferente. Y cuando leo, si no conozco un vocablo, analizo la palabra madre y la desgloso en las derivaciones, o deduzco su significado por el contexto, y si no lo logro, recién en ese momento uso el diccionario. Y de paso, aprehendo la correcta ortografía.
Fumo proviene de humo y derivamos entonces fumar, disfumar, esfumar, ahumado, humoso... En los contextos actuales se utilizan algunos vocablos para disimular, crear confusión, o como dicen en la jerga judicial "embarrar la cancha". En el arte, cuando no se quiere dejar ver con claridad, sugerir y en los discursos elípticos, para nada decir o para no comprometerse.
Esta introducción me pone en tema con los conceptos de Semiología, Semántica y Etimología, así como el origen del castellano y la evolución de la lengua. Todos ellos, asuntos que debo abordar en este escrito. Dependiendo de los signos lingüísticos, tendremos distintos significados, los que provienene generalmente del origen de las palabras, y de la evolución de la lengua, respectivamente. Aunque, debemos tomar en consideración, sin olvidarnos, los lenguajes no verbales, los gestos, las miradas y la postura corporal para reconocer la actitud del hablante, según enuncie, requiera, admire, desee, dude u ordene. 
Una palabra que se ha quedado en el estadío de las lenguas romances, como la catalana, es el verbo currar, que precisamente significa trabajar en ese idioma. En la lengua general del castellano argentino, sin embargo, la usamos para trabajar con actitudes "non sanctas". Supe que en el lunfardo, que tiene muchos vocablos del italiano y de las otras lenguas romance, se ha usado con ese sentido. Fijémonos cómo incide según el contexto socio-cultural para darle una significación específica. En el ámbito de las cárceles o los bajofondos, en los escenarios empresariales y políticos, es moneda corriente, para expresar justamente el no-trabajo, ése que se utiliza para ascender a esferas cada vez más altas y sofisticadas. Sin embargo, consideramos el trabajo digno, para lograr objetivos claros y auténticos, como ser ganarse la vida y/o la supervivencia, que proviene de lavoro, labor, "laburo".
Veamos ahora dos opciones, siempre jugando con los signos, los conceptos y los contextos. Si currar es trabajar, también es no trabajar, que en este último caso engloba una palabra grave, gravísima: corrupción.
¿Qué tal si armamos un neologismo como curropción? Corrupción versus curropción. Fijémonos, entonces, cómo es importante el contexto histórico-social y no naturalicemos el hecho de emplear eufemismos y giros expresivos descontextualizados. 

                                                     Fariña M. 3º C - Lengua y Literatura.

P.D.: Profesora, discúlpeme si no me he ceñido estrictamente a las consignas, pero es lo que salió, en estos tiempos confusos. 


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