miércoles, 7 de diciembre de 2016

Como la brújula.

Mi alma gemela, en versión masculina porta ahora un rostro anguloso, cerril, aunque romántico. Acarrea en sus líneas el alma indómita de su sangre. Un lado indio, un lado ibérico. Enfundado en un ropaje citadino, trasluce la nostalgia por las frías cimas, las cálidas quebradas y los amables valles por donde anduvo, y no siempre puede volver. Hay una mueca de melancolía en sus ojos café. Pronto elegirás la manera en que quieras volar. Viajar como un enfermo afiebrado, beber aguas nuevas, oler genuinas fragancias, oír otras voces, palpar texturas intocadas, trotar por la maia de los caminos. 
Pulcro especímen citadino que se asfixia en la ciudad y se ahoga con el nudo de su corbata celeste, huele a sándalo, porque es de buena madera y es maestro siempre. Porta un prolijo estilo de profesor que ansía ir a las aulas con los niños y la inocncia, para pensar juntos... hay que despertar las emociones y los ideales, y nunca abandonarlos. Sin educación, no hay cambio, dice.
Ora se lo ve despojado, libre, muestra su aspecto más juvenil cuando trepa por las escarpadas sendas, se seca el sudor y sigue, se acomoda la gorra hacia atrás, y, ya en la cima, se marea con los aromas del monte, ausculta el horizonte y quiere seguir para ver qué cosa hay del otro lado.
¿Qué imágenes cruzarán por su mente? ¿Qué sonidos arrullarán su paso? ¿Qué penas está dejando atrás? ¿Qué tramas, qué hilos modelarán sus manos maravillosas y su palabra? Disfruta, sonríe y sueña. Siempre sueña. Le susurra al viento, y al oído de alguna muchacha. Su fiel perro lo acompaña con ladridos continuos, cuando brotan carcajadas genuinas. Ya ha dejado las aguas fétidas, cuando tantas veces navegó en la barca del viejo Caronte. Y eso se agradece.
Decía que somos viejos conocidos, dos almas gemelas  que, un poco se toman el pelo, y otro poco, se toman el alma. Y así, como la brújula, que irracional busca el norte, vivimos a diario tratando de salvar un poquito de nosotros, de rescatar un pelo, una gota de sudor, una mirada, un amor, una sonrisa, ¿no?

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