Hay que caldear el motor de la máquina en las madrugadas cordilleranas. Hay que prender un fuego con jarillas y ramas secas para derretir el hielo y calentarse las manos.
Ya las montañas violetas y azules van tiñéndose de rosa. Por el este, el sol va despuntando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me gustaría conocer sus opiniones, percepciones y comentarios de las páginas de mi blog.